Las cremas, lociones, láser, y exfoliaciones pueden dejar su piel radiante y con un color más parejo, mientras que borran las líneas. Pero los dermatólogos le recomendarán inyectables como el Botox (botulinum toxin) y materiales de relleno, como el colágeno, para hacer más pronunciado los cambios en sus arrugas. El Botox cuesta de $300 a $500 y los rellenos de $500 a $1.000 por tratamiento.
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Todos, desde dentistas hasta ginecólogos, ofrecen actualmente inyecciones de Botox.
“El Botox debe ser administrado muy cuidadosamente o puede ocurrir distorsión facial”, escribe la bioquímica Linda Rhein en Aging Skin: Current and Future Therapeutic Strategies(Envejecimiento de la piel: Estrategias terapéuticas actuales y futuras). La American Academy of Dermatology (Academia Estadounidense de Dermatología) hace la siguiente advertencia en su folleto sobre el Botox: “Un dolor de cabeza pasajero no es infrecuente luego de inyecciones en el área de la frente, especialmente después del primer tratamiento. En casos poco comunes, los pacientes desarrollan debilidad en los músculos cercanos, lo que causa la caída temporal de la ceja o el párpado. Pero, de acuerdo con la academia, todos estos posibles efectos son menores y reversibles.
Mantenga su cabeza erguida durante dos horas luego de recibir la inyección para reducir el riesgo de que el Botox se desplace a áreas equivocadas, como el párpado, escribe Schultz.
Fuente: AARP.ORG